El Kambó es una medicina natural proveniente de la secreción de la rana mono gigante (Phyllomedusa bicolor). Se aplica en pequeñas quemaduras superficiales en la piel, introduciendo sus péptidos bioactivos en el sistema linfático.
Propósito: Es conocido por su profundo efecto detoxificante y de purga a nivel físico y energético. Se utiliza para fortalecer el sistema inmunológico, limpiar el organismo de toxinas y liberar bloqueos emocionales estancados, resultando en una sensación de renovada fuerza y claridad.
El Rapé (pronunciado "ha-peh") es una mezcla de tabaco finamente molido y otras plantas medicinales y cenizas de árboles sagrados del Amazonas. Se administra a través de un soplido en cada fosa nasal.
Propósito: Su función principal es centrar y aquietar la mente, alinear los hemisferios cerebrales y limpiar el campo energético. Ayuda a detener el diálogo interno, permitiendo un estado de meditación profunda y presencia. Es una excelente herramienta para la concentración, la limpieza de los senos paranasales y la conexión espiritual.
Antes de ceremonias importantes, es común el uso de plantas maestras vomitivas o purgantes. Estas preparaciones, generalmente a base de hierbas y cortezas específicas, inducen una limpieza física profunda del sistema digestivo.
Propósito: Más allá de la limpieza física, esta práctica busca purificar el cuerpo energético y emocional. Al vaciar el estómago y los intestinos, se eliminan no solo toxinas físicas, sino también energías densas y cargas emocionales, preparando al participante para recibir la medicina de una manera más clara y profunda.
Los hongos de psilocibina, conocidos ancestralmente como "carne de los dioses" en diversas culturas mesoamericanas, son hongos que contienen psilocibina, un compuesto psicoactivo natural. Al ser ingerido, el cuerpo lo convierte en psilocina, que interactúa con los receptores de serotonina en el cerebro, generando profundos cambios en la percepción, el estado de ánimo y el pensamiento.
Propósito y Uso Moderno: Tradicionalmente utilizados en ceremonias sagradas para la adivinación y la sanación, hoy en día los hongos de psilocibina son objeto de una creciente investigación científica. Estudios en prestigiosas instituciones están explorando su potencial terapéutico para tratar condiciones como la depresión resistente a tratamientos, la ansiedad (especialmente en pacientes con enfermedades terminales), el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y las adicciones. Se cree que su capacidad para "reiniciar" patrones neuronales rígidos permite a las personas liberarse de bucles de pensamiento negativos y observar sus problemas desde una nueva perspectiva.