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En Ecuador dentro de la ciudad de Guayaquil, emerge la figura de Babá Octavio Rodríguez. Babalawó tradicional yoruba, quien con una sabiduría que parece tan antigua como los propios árboles, Babá Octavio ha dedicado su vida a ser un puente entre el mundo material y el espiritual en el camino africano desde hace 30 años, y quien después incursionó a través de la medicina ancestral de la Ayahuasca, ha guiado a innumerables almas en su búsqueda de sanación, autoconocimiento y conexión con la naturaleza. Su trayectoria no es solo la de un curandero, sino la de un guardián de tradiciones milenarias, un sanador que, con humildad y profundo respeto, ofrece una luz para aquellos que buscan encontrar su camino y restaurar el equilibrio de su ser.
En Ecuador dentro de la ciudad de Guayaquil, emerge la figura de Babá Octavio Rodríguez. Babalawó tradicional yoruba, quien con una sabiduría que parece tan antigua como los propios árboles, Babá Octavio ha dedicado su vida a ser un puente entre el mundo material y el espiritual en el camino africano desde hace 30 años, y quien después incursionó a través de la medicina ancestral de la Ayahuasca, ha guiado a innumerables almas en su búsqueda de sanación, autoconocimiento y conexión con la naturaleza. Su trayectoria no es solo la de un curandero, sino la de un guardián de tradiciones milenarias, un sanador que, con humildad y profundo respeto, ofrece una luz para aquellos que buscan encontrar su camino y restaurar el equilibrio de su ser.
Una vida de entrega y servicio
Octavio Rodríguez nació en 1970 en Guayaquil, mis estudios fueron en el San José La Salle.
Mi camino espiritual esotérico inició a mis 17 años. Incursioné en varias líneas de forma superficial, como Naipe Español, Tarot, Cigarro, pero no sentí mayor vocación. Después conocí la Santería Cubana y otras Ramas de la misma, las cuales me formaron más sólidamente. En mi afán de mejorar encontré el camino Tradicional Yoruba donde soy un Babalawo de alto rango. Igualmente soy Tata Nganga del Culto Palo Mayombe. Sigo mi camino africano por casi 30 años, durante los cuales hace algunos años atrás se me presentó un gran problema de salud y no encontraba solución.
Cierto día un amigo de Guayaquil que es Parapsicólogo y hombre medicina me invitó a una toma de Ayahuasca en la Selva, yo acepté y nos fuimos. Ya en el lugar probé el brebaje medicinal y empezó mi travesía hacia mi recuperación de mi salud. Sorprendentemente fui sanando. Me interesó mucho este poder de sanación y continué mi camino de la ayahuasca con diferentes indígenas del Ecuador. Hasta que me encontré con un grupo de viajeros medicinales del pueblo Cofan de Colombia, donde me quedé aprendiendo y bebiendo Yagé o Ayahuasca.
En la actualidad yo doy medicina de Yagé en Guayaquil o donde me lo solicitan, e incorporado en mis rituales las técnicas de sanación africanas para ofrecerles a mis pacientes.
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